Pablo González está feliz de volver a sentirse cerca de casa. Nacido en Almuñécar hace 24 años, ha regresado a su tierra para buscar en el filial del Granada CF nuevas metas que le permitan crecer. Considera que está en el sitio correcto en el momento oportuno. Se incorporó tarde al equipo, pero su juego está dando notables resultados.
¿Cómo te encuentras en este momento de la temporada?
Estoy cada vez más cómodo. Al principio me costó al no hacer la pretemporada con el equipo. Los compañeros me tratan muy bien desde que llegué. Vivir cerca de casa lo hace todo más fácil. Tenía ganas de estar por aquí. Las cosas se están haciendo bien en el club y es un sitio inmejorable para crecer.
¿Qué expectativas traías cuando fichaste?
No conocía la Ciudad Deportiva y no sabía muy bien cómo había evolucionado el club en los últimos años. La cercanía con el primer equipo, las comodidades que tenemos en unas instalaciones de primer nivel… Todo es más fácil así. Mucho mejor de lo que esperaba.
¿Cómo afrontas la competencia en una plantilla tan igualada?
La competencia es sana. Es fundamental para crecer y aprender. Tenemos una plantilla igualada y de nivel. Eso hace que te exijas al 100% para jugar. Si no lo haces te espera el banquillo o quedarte fuera de la convocatoria.
¿Cuáles son tus virtudes como jugador?
Soy dinámico. No paro de correr, intento dar soluciones y trabajo en defensa. Me gusta ver líneas de pase y facilitar el juego del equipo.
¿Cómo valoras el rendimiento del equipo en este arranque de curso?
El grupo me ha sorprendido. Es joven, pero hay competencia y eso provoca la implicación de todos. Somos muy sólidos como equipo. Al final todos aprendemos. Competimos muy bien.
¿Qué sería para ti una temporada redonda?
Acabar entre los seis primeros a todos nos daría un salto de calidad. Y que ascienda el primer equipo. En lo personal, hacer goles. Y si es posible subir a ayudar al primer equipo, mejor.
¿Cuál ha sido el secreto para que un equipo con tantas caras nuevas funcione como lo está haciendo?
El cuerpo técnico es de primer nivel. Un filial necesita formadores así. Ellos hacen que funcione todo tan bien. Estudian a los rivales a la perfección, la preparación física es exigente… Nos tienen a todos finos.
