El balón le llegó en el área, midió los pasos de aproximación y lo encañonó con toda el alma. Un gol para la remontada en Córdoba. “Mis compañeros me dijeron que me equivoqué, que pegándole con la zurda lo normal es que la hubiera mandado a la grada”, bromea Pierre Kunde. El centrocampista camerunés puso la rúbrica a la épica victoria en el Nuevo Arcángel.
“En ese gol hay un punto claro de motivación tanto para mí como para el equipo, que necesitaba ganar. Hay que seguir e intentar meter más goles de aquí hasta el final de la temporada”, avisa. Porque esa es su filosofía: trabajar, insistir… Es lo que le ha llevado a ser habitual en el once titular. “No hay más. Tengo que sacar todo lo que llevo dentro y al final dejarlo en el campo”.
La suya es una mentalidad compartida por todo el grupo. Kunde cree en la fuerza del equipo. La que demuestra en cada encuentro en casa. La que le ha guiado de nuevo a sumar tres puntos lejos de ella. “Es importante salir siempre a morder. En casa andamos fuertes y lo importante siempre es ganar, desde el primer momento. Estamos ahí en la pelea y tenemos que seguir ahí sí o sí”, comenta.
Para esa pugna del ascenso es para la que se trabaja cada día. “Todo pasa por mejorar en cada entrenamiento. La jornada pasada llevábamos una carga especial de motivación. Todos. Necesitábamos ganar. Siempre estamos concentrados. Pero el rival también juega y pasa lo que pasa, te puede marcar un gol antes del descanso y el equipo se vuelve al vestuario con el ánimo bajo. Pero siempre hemos sido una plantilla capaz de dar la vuelta a un partido. Nos fuimos arriba a por la victoria y al final la conseguimos”, resume.
Su primera experiencia en Segunda división la está firmando con nota. Cedido por el Atlético de Madrid hasta final de temporada, no entiende de bolas de cristal ni mira más lejos de lo que el míster tenga programado en la sesión diaria. “Mi pensamiento está ahora en el Granada CF. No miro nada más ahora. Yo no adivino el futuro. El mío es el Granada y conseguir el ascenso”. Tirando de épica. De orgullo. Y de suerte, si también sonríe.
