Arnaru Fábrega, portero del Recreativo Granada, nos explica cómo se está adaptando a la cuarenta. El guardameta rojiblanco está llevando peor el estar lejos de su familia y saber que sus padres están trabajando expuestos al riesgo.
¿Qué tal llevas la cuarenta?
Dentro de lo posible bien, estoy en Granada sólo e intento aplicarme una rutina para pasar la mayor parte del día entretenido. Hago siempre los ejercicios más o menos a la misma hora y me ayuda a sobrellevar la situación. También mantengo el contacto con mi familia y los amigos para saber cómo están. Leo, escucho música, veo series, de todo un poco para pasar la cuarentena de forma más amena.
¿Qué está siendo lo más duro?
Estar lejos de mi familia y saber que mis padres estaban trabajando es lo que más me ha preocupado. Mi madre trabaja en un centro médico y saber que está expuesta todo el tiempo al riesgo de coger el virus, me tenía con la incertidumbre. Sabía que tomaban todas las precauciones posibles y tenía fe de que no pasara nada. Todos están bien así que estoy tranquilo.
¿Cómo entrena un portero durante el confinamiento?
Es complicado, pero al final te acabas adaptando a la situación. Intento hacer entrenamientos lo más similares posibles, por ejemplo, desplazarme de forma lateral, hacer el gesto de pasar un balón, o la coordinación con una pelota de tenis. No cuento con mucho espacio para lanzarme al suelo pero me adapto como puedo.
¿Qué metodología os marca el entrenador de porteros?
Nos envía un bloque de ejercicios para que vayamos alternando. Además, como también realizamos el bloque de los jugadores, tenemos un entreno muy completo. Suelen ser trabajos de coordinación de brazos para que no perdamos la velocidad, el blocaje. El cuerpo técnico está realizando un trabajo excelente y poniéndonos a punto para lo que pueda pasar. Nosotros tenemos muchas ganas pero la decisión la toman los profesionales de la sanidad y lo primordial ahora es la salud.
¿Cómo ha sonado la noticia de salir a realizar una hora de ejercicio dentro del vestuario?
Estamos super contentos todos. Ha sido una noticia de esperanza, de ver un poco la luz al final del túnel. Ya sólo salir a respirar aire fresco para mí es un alivio, poder realizar una hora de ejercicio en un espacio amplio se parece a lo que nosotros estamos habituados. Los entrenamientos a partir de ahora serán más fáciles porque tu cabeza está acostumbrada a ese espacio y ya no tienes la ansiedad de estar siempre encerrado. No podemos olvidar que estamos ante una situación de riesgo y que hay que tener mucho cuidado y tomar las medidas de seguridad oportunas.
