- Mi abuelo, cuando le hablaban de Granada, lloraba...
Ese 'abuelo' era Caparrós, jugador que llegó al Recreativo Granada, antecedente del actual Granada CF, tras superar la reválida de los 'Diablillos Rojos', y quien pronunció la frase es Ramón Martínez, su nieto, y durante muchos años responsable de las divisiones inferiores del Real Madrid y también con responsabilidades en otros muchos clubes españoles, entre ellos el FC Barcelona. Caparrós había llegado a Granada desde su Almería natal, inscrito como tantos otros de las provincias limítrofes, en la Universidad. En esa edad, en esa época en la que nada está escrito y todo pudo ser distinto, el fútbol se abría camino marcando los símbolos que andando el tiempo han legado a generaciones posteriores una red invisible de detalles y fechas que componen el templo donde residenciar los sueños: estadio, escudo, colores...
Los 'diablillos' eran un equipo filial, probablemente ya entonces en el sentido que hoy tiene ese concepto, y su adjetivacion cromática, 'rojos', es la primera referencia a ese color que, después de la contienda, sería el identificativo del Granada CF. Como una premonición a los colores de la tarde en retirada, a esa hora en que -entonces y durante tantos años- los partidos se iban acercando al pitido final. Y sin ellos -y sin esos años pioneros- no habríamos llegado a esta época y la incontenible capacidad del fútbol para generar júbilos o tragedias colectivas.
En aquel fútbol romántico de los años anteriores a la guerra civil en que se desarrolla esta historia, los 'diablillos rojos' -todavía con minúsculas- no pasaban de una denominación popular que deriva del color de sus camisetas, rojas con una franja ancha horizontal sobre el pecho, que -en realidad- eran la segunda equipación del equipo grande y constituían la categoría infantil del Recreativo, que según los criterios actuales, sería el Recreativo Cadete, por lo que puede verse en la foto de equipo).
La primera noticia de los 'diablillos rojos' data del 24 de enero de 1932: Vázquez; Peregrín II, Caparrós; Evaristo, Velázquez, Ortiz III; Gabriel, Osorio IV (es Jesús Osorio), Carmona III (es Antonio Carmona Ros), Millán (es Paco Millán, un hermano mayor que Pepe) y Basilio, en el campo de las Tablas, que apalizaron 9-1 al Europa, otro club local. Ese once correlativo que hoy está en la historia como 'Diablillos Rojos' -ahora, con mayúsculas- mereció de Martinenc, cronista deportivo en 'El Defensor de Granada' una catarata de elogios hacia los novatos, de los que resalta su buen juego y su pertenencia mayoritaria a dinastías futboleras locales. Termina su crónica con el siguiente párrafo: «Osorio IV, con su estatura no superior a un metro, consiguió cinco goles en su puesto de interior derecho; Carmona III, del tamaño aproximado de dos balones superpuestos, obtuvo tres tantos en su respetable puesto de delantero centro, y Millán, el otro interior, consiguió uno.»
Otros nombres de futbolistas que jugaron en este equipo infantil entre 1931 y 1933: Paquillo, Romero, Fernández, Pepín, Girón, Cepillo, Prieto, Campos, Braulio, Úbeda. Bastantes de ellos y de los de la primera alineación se alinearon alguna vez con la primera plantilla en algún amistoso, pero los que llegaron a jugar algún partido oficial son muy pocos: Jesús Osorio, Antonio Carmona, Cepillo, Prieto y Braulio.
Aparte de ese primer partido del Recreativo Infantil (por cierto, el único en el que la prensa se refiere a a ellos con el apelativo 'diablillos rojos'), también hay constancia de otro jugado el 06/11/32, con victoria 4-1 sobre el Cájar, y de otro más, jugado el 12/10/33 en Motril, con palizón sobre el Ath. Baza 11-0. Todos estos partidos fueron aperitivo del que posteriormente jugarían los mayores y es a partir de la temporada 1933-34 cuando no volvemos a tener noticias de los 'diablillos', probablemente porque es en esa temporada cuando el Recreativo se profesionaliza por completo.