El Granada CF se hizo con un punto en su visita a la UD Las Palmas en un ejercicio de fe sin límites que le posibilitó igualar dos veces el marcador, pese a los méritos que hizo para llevarse el partido.
Controló el juego. Estrechó el margen de maniobra de la UD Las Palmas. Probó con la pizarra en una acción ensayada a balón parado entre Montoro, Martínez y Adrián Ramos que el colombiano no remató certero. También con un disparo desde fuera del área de Víctor Díaz que desvió Raúl Fernández con un paradón. De nuevo Ramos, desde fuera del área con un remate con rosca que se fue fuera por poco. Pero fue Las Palmas el que se adelantó con un tanto de Rubén Castro poco antes del intermedio, la segunda aparición con peligro de los locales.
Sin embargo; en la primera acción en la segunda empató el Granada con un cabezazo de Adrián Ramos en el primer palo que hizo bueno el buen servicio de Vadillo desde del córner.
El Granada manejó los tiempos del juego con mucho empaque. Fue capaz de acelerar, contemporizar y volver a acelerar según lo pidió el encuentro o cuando lo hizo el resultado. Porque la UD Las Palmas volvió a tomar ventaja pero nadie bajó los brazos. Pudo empatar Puertas de penalti pero lo detuvo el portero. Nadie cayó en desánimo. El espíritu de equipo le llevó al empate, el que firmó Rodri apareciendo desde el banquillo, consolidando el espíritu de un grupo que por encima de todo cree en sí mismo.
