¡Qué manera de competir! ¡Qué capacidad para sufrir! El Granada CF sacó tres puntos en Lugo. Un nueva victoria basada en la perseverancia y en la capacidad rojiblanca de adaptarse a las circunstancias. Sean las que sean.
El Granada CF supo cortar el flujo de la salida de balón local con una eficaz presión. Eso le permitió merodear área local con frecuencia o arañar acciones a balón parado en las que pudo sacar buena tajada. Esta superioridad quedó reflejada con el golazo que le dio ventaja: un zarpazo desde 26 metros de Vadillo, de falta directa, que dejó sin respuesta al guardameta Juan Carlos.
Los de Diego Martínez lograron aumentar ventaja tras un claro penalti a Rodri que transformó con templanza Adrián Ramos. Sin embargo; la ventaja menguó poco más tarde con el tanto de Herrera de los locales. Y a partir de ahí el Granada supo sufrir, aguantar el balón o resolver de manera práctica según demandó el juego, peleando cada jugada sin tener en cuenta la anterior o la siguiente. Como lo que es. Un equipo.
