Será en Old Trafford donde el Granada CF defina su suerte, ese destino unido a lo que parece improbable pero que en los últimos tiempos o lo alcanza o lo roza. Los rojiblancos tendrá que remontar al Manchester United el 0-2 de la ida para superar una eliminatoria que es y seguirá siendo un sueño hecho realidad.
El conjunto inglés dibujó un partido de dominio, con el Granada agazapado y liderado por su ordenada defensa. Y en cambio, el primer gol visitante llegó en una de las pocas concesiones que encontró al contragolpe, su arma favorita, en un balón en largo para la carrera de un Rashford que no perdonó.
Poco a poco, sin hacer ruido, con mucho trabajo, el equipo de Diego Martínez ganó en aplomo y empezó a atesorar méritos para un mejor resultado. Pero no llegó. Un penalti en el '90 permitó a Bruno Fernandes hacer el segundo que hace más difícil el encuentro de vuelta. Difícil que no imposible. Porque en Granada todo es posible.
