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Granada CF

Crónica | Un puntazo de fe

No fue un remate de cabeza, sino un cabezazo con el alma el que dio el empate al Granada en uno de los campos más difíciles de Primera. Corría el minuto 81 de juego cuando Alberto Bueno acariciaba una falta en la diestra del ataque nazarí. Artem Kravets, con el tesón propio de un ariete hambriento, la remachaba con la testa para soltar toda la rabia contenida. La fornida oposición de Mikel no era suficiente. El ucraniano recogía los frutos de la fe colectiva de un equipo que no permitió a los locales firmar su sexto triunfo consecutivo en La Rosaleda, lo que hubiese supuesto el mejor registro de la historia blanquiazul en su feudo a estas alturas de campaña.

El Granada fue amo y señor en el arranque de partido hasta que en el minuto 24 Ignacio Camacho, libre de marca, aprovechó un centro desde la derecha de Rosales para conectar un cabezazo ante el que nada pudo hacer Ochoa. Con el 1-0 a favor, el Málaga disfrutó de sus mejores ocasiones del primer acto. En el 32, Mikel cabeceaba picado a placer tras una falta botada por Juanpi. El gol se cantaba en La Rosaleda, pero ahí, cuando más lo necesitaban sus compañeros, apareció 'Memo' Ochoa para volar sobre la línea de gol y despejar el cuero, firmando uno de los paradones del campeonato.

Los hombres de Alcaraz recuperaron poco a poco el dominio que habían perdido tras el tanto de Camacho y Boga, en una gran acción individual, se coló entre los zagueros blanquiazules para encarar a Boyko. Miguel Torres le derribó al borde del área y vio la amarilla. La posterior ejecución de la falta del extremo franco-marfileño golpeó en la barrera. Fue la última oportunidad rojiblanca en una primera parte en la que el conjunto nazarí pudo haberse adelantado por mediación de Andreas, siete minutos antes del gol malaguista, pero su tiro desde la frontal se fue por centímetros a la derecha del portero ucraniano.

El Granada se jugó el todo por el todo en una segunda parte en la que dio entrada paulatinamente a Bueno, Ponce y Cuenca. El partido se rompió en el centro del campo y las áreas ocuparon el centro de la escena. Un inspirado Ochoa volvía a aparecer para sacar una manopla providencial en un mano a mano ante Juankar y para hacer gala de sus reflejos felinos en un cabezazo a bocajarro de Llorente.

En el ataque granadinista, Kravets sacó todo su repertorio para batir a su compatriota Boyko. Tacones, tiros lejanos, remates tras saques de esquina... hasta que por fin puso la 'x' en el mapa del tesoro. Tras su gol, disfrutó de otra ocasión para dar el triunfo a los nazaríes, pero se desequilibró en el área en el último instante y su chut salió flojo, víctima del esfuerzo derrochado. El Málaga también pudo llevarse en el toma y daca final un partido que enloqueció conforme avanzaban las manecillas del reloj. Un derbi andaluz en el que reinó la amistad entre las hinchadas y en el que tuvo premio la fe del Granada.