Se ha escrito de Ángel Montoro que para el juego del Granada CF es lo que una batuta para una orquesta. Por su porte con un balón pegado al pie bien parece una nota musical, una capaz de dar sentido a toda una partitura, de las que contribuyen a la fluidez de su interpretación. Así lo explica el centrocampista rojiblanco, para quien el equipo actúa en el campo en clave de solidaridad. Tú por mí. Yo por ti.
¿Cómo ves al Granada CF en las últimas semanas?
Es cierto que no están llegando los resultados, pero el equipo sigue en la misma línea que venía trabajando. Es un equipo que genera ocasiones, que está cerca del gol aunque no hayamos estado afortunados. A nivel defensivo seguimos siendo un equipo férreo. Dos fallos nos han castigado las últimas semanas, pero ya estamos trabajando para que no vuelva a suceder.
¿Qué es lo que más te gusta del equipo?
Que es un equipo en mayúsculas. Todo el mundo rema en la misma dirección, todos contamos con el apoyo de todo el mundo… Al final vivimos situaciones familiares que a la hora de ayudar estamos cerca unos de otros para que sea todo mucho más sencillo.
¿Algún aspecto que lo pueda hacer aún más completo?
Ser más eficaces en las dos áreas. Al final es ahí donde se deciden los partidos. Si eres fuerte en tu área ya sabes que por lo menos te llevas un punto. Si además te muestras eficaz arriba lo habitual es que te lleves los tres.
¿Cómo se puede ayudar a esa eficacia desde otras posiciones que no son de ataque?
Todo es cosa de todos. A defender se empieza desde arriba y para atacar tiene que salir primero el balón desde atrás. Todos nos hacemos fuertes en todo.
¿Compartes la opinión de quienes te consideran el director de orquesta rojiblanco?
Por mi forma de jugar me gusta intervenir en el juego y tener contacto con el balón. Disfruto de esa manera. Trabajo como todos los compañeros, tratando de sumar en una plantilla muy completa.
¿Cómo afronta Montoro la partitura del juego? ¿Qué ve en el campo desde su posición?
De tres cuartos de campo para adelante tienes que ser más correcto en el pase. Son pases más complicados con los que muchas veces, si aciertas, puedes dejar a un compañero solo frente al portero. Al final es lo que tratas de hacer, dejar la pelota lo mejor posible al compañero.
¿Cuánto hay de visión real y cuánto de memoria a la hora de interpretar las jugadas?
Ya nos conocemos. Soy consciente de que si cojo la pelota en una parte del campo, Vadillo o Pozo, por ejemplo, esperan que se la pueda poner en el otro lado. La experiencia te permite anticipar cosas que pueden suceder y ya las tienes en la cabeza.
¿Esa capacidad para organizar se traslada también a tu forma de ser?
Sí, me considero una persona bastante organizada y correcta en todo.
¿Qué cualidades consideras fundamentales para un jugador en tu posición?
Básicamente trato de dar continuidad al juego, que el balón fluya rápido, dejarlo en la mejor condición para el compañero. A nivel defensivo hay que ser muy sacrificado. Debes tanto llegar arriba como juntarte en defensa, y eso conlleva mucho trabajo.
En una familia nada futbolera, ¿de dónde sale un cerebro para este deporte?
En casa no se vivía el fútbol. Mi padre no era muy futbolero, ni mi madre ni mis hermanos. Fui yo el que se lo metió en vena a todos.
Entonces, ¿dónde comenzó tu pasión por el fútbol?
Jugando con los amigos del barrio en la calle, haciendo bien las cosas y que me fuesen viendo. Empecé en el medio, alguna vez como delantero, pero mayoritariamente jugando en el medio. Metía muchos goles jugando de medio incluso. Destacas y te llama un equipo.
Futbolista o…
No me lo he llegado ni a plantear. Comencé muy joven y todo lo encaminé al fútbol. Quizás ser policía o bombero me habría gustado.
Dentro de tu carrera como jugador, ¿definirías esta etapa de alguna manera concreta?
La experiencia te hace sentir más maduro. He encontrado situaciones que ya sé cómo afrontar cuando se han vuelto a presentar de forma parecida.
¿Y el momento actual del equipo?
En esta categoría es muy difícil disfrutar, pero estamos disfrutando. Llevamos unas jornadas en las que las cosas no salen como queremos, pero es tan largo que sabemos que al final cambia la dinámica.
En los momentos complicados, ¿has aprendido algo de ti que no conocías?
He aprendido a aceptar las cosas como tocan. Al final por nuestra profesión pasamos mucho tiempo fuera de casa y es cierto que echas de menos estar cerca de tu familia. Cuando ocurren cosas que no esperas valoras más el disfrutar cada momento con ella. Nunca sabes cuándo la vida te puede dar un vuelco.
Y en cuanto a lesiones son situaciones que no puedes controlar. Esta última que he tenido es muy rara, no suele dar, pero me ha permitido estar pronto de vuelta al campo y competir, que es lo que quiero.
