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Una inspiración para la gran batalla

La historia de Margarita y Jastice.

Nos pasamos la mayor parte de nuestra vida reprimidos por nuestros miedos infantiles, pensamientos negativos y conductas que condicionan nuestra rutina. Pesadillas hechas realidad que viven dentro de nosotros y se materializan de la peor manera posible, distorsionando nuestro día a día. Desvalorizando el presente, esperando que llegue algo que nunca llega, porque realmente no somos conscientes de que todo lo que tenemos, somos nosotros mismos y que cada día en este mundo es una bendición. Solemos hundirnos en un mar de preocupaciones banales, exageradas hasta ser irreales.

Abaratamos el valor del tiempo, que es lo único real y el mayor de los tesoros que se puede tener. No hay nada más auténtico y bonito que brindar tu tiempo a tus seres queridos.

Sólo cuando tenemos algún familiar, amigo o allegado con algún problema grave de salud, tomamos conciencia, pero ésta es efímera, porque nos empeñamos en obstruir con nuestros agobios y pensamientos diarios, nuestra maravillosa existencia.

La historia de Margarita y Jastice es una oda a la vida, un canto a la superación, un ejemplo a seguir. Toda una enseñanza para las personas a afrontar un problema de verdad.

Jastice llegó a España por supervivencia. Su único equipaje eran sus propios sueños de una vida mejor que la que tenía en su país, Ghana. Atravesó gran parte de África y llegó a nuestras costas por mar siendo menor de edad. Al estar deambulando por las calles, la policía lo llevó a un centro de menores y estando allí se dieron cuenta de que estaba enfermo. En el hospital le diagnosticaron cáncer y tuvieron que amputarle un brazo. Jastice tiene 20 años, su familia está en Ghana y aunque aquí tiene todos los servicios médicos y a distintas ONGs que le ayudan en su día a día, esta no es la vida que soñó tener cuando se embarcó en aquella larga y peligrosa travesía por sobrevivir.

“Vine a España por el mar, la situación era muy difícil para mí en mi país. Era mejor venir a Granada. He encontrado muchas personas en Granada que me han ayudado. No quería dinero, quería dormir, pero tenía un problema en mis brazos. El doctor me dijo que tenía cáncer, ¿qué puedo hacer yo ahora? Me dijeron que si no me cortaban mi brazo, estaría vivo un año, o como mucho dos y moriría. Si me lo cortaba, viviría más tiempo”.

Apasionado del fútbol y de nuestro equipo, Jastice asiste a los partidos con ilusión y esperanza, ya que el conjunto rojiblanco es todo un ejemplo de fuerza para él: “El Granada siempre está luchando por no bajar a Segunda división, nunca se rinde, y al final se queda en Primera. El Granada es muy fuerte.

Por otro lado, Margarita llegó desde México a nuestro país por amor. Casada con un español y con tres hijos, reside en Granada con su marido. Le diagnosticaron cáncer de mama. Ella lucha diariamente contra los efectos que le produce la medicación. Tiene que batallar en su rutina no solo contra la enfermedad, sino contra el malestar que ocasiona intentar eliminar el tumor.

“Me diagnosticaron cáncer de mama y ahí es donde entró la etapa difícil, en la que me aferré a algo”.

Ese algo era el Granada CF. La eterna lucha por superar las adversidades deportivas que ha tenido que afrontar nuestro club la última etapa ha servido de inspiración a Margarita.

“Un día en un partido que ganó el Granada por 2-0, Roberto corrió hacia donde estábamos nosotros con la camiseta y me dijo: ‘Ten Margarita, hay que luchar para ganar’. Escuchar esa frase para mí era algo grande porque no sabía exactamente a qué me enfrentaba. El hablar de cáncer siempre nos asusta a todas las personas. No sabes si vas a vivir poco o vas a vivir mucho, el hecho de que alguien te diga hay que luchar para ganar te aviva. Te da esa energía que te impulsa a seguir adelante, a luchar por algo”.

 

Cumpliendo sueños

Sin quererlo, a veces, de una manera u otra, servimos de apoyo a otras personas que pasan por un momento difícil. Una canción, un gesto, una mirada, un lugar, un momento… Nunca llegas a saber el alcance que puede tener un mínimo detalle en otra persona.

El sueño de Margarita era conocer a su compatriota Memo Ochoa. A Jastice le fascinaban todos los jugadores de nuestro equipo. El Granada CF ayudó a estas grandes personas a pasar una mañana inolvidable con sus ídolos, compartiendo sus experiencias con ellos.

Jastice no desvanece su sonrisa y Margarita no pierde la esperanza. Ambos continúan con sus batallas personales, aferrados a los ideales que trasmite nuestro equipo. A esos sentimientos que desprenden aquellas cosas que hacen vibrar tu interior, como en este caso, es el Granada CF para ellos.

Desde el club queremos darles las gracias por su generosidad al compartir sus historias con nosotros, por sentir los colores tan fuertemente, y sobre todo por llevarnos en el corazón, porque todo lo que guardas en el corazón es memoria del alma y el alma no olvida.

“Algún día diremos: hemos ganado, hemos vencido”-Margarita